Reset C 2025: dos talentos creativos en plena ebullición.

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Como cada edición, el Día C 2025 contó también con la presencia de nuevos talentos creativos seleccionados por el diseñador Wences Sanz. En esta ocasión, las invitadas fueron Meritxell Casamira y Alba Prado.

Meritxell Casamira es diseñadora y directora creativa en Barcelona. Su trabajo va más allá de la estética, combinando concepto y emoción para dar forma a lenguajes visuales únicos y atemporales. Después de trabajar en estudios y compañías de renombre internacional, fundó su propia empresa, Casamira Studio, en la que desarrolla proyectos para clientes locales y globales.

Alba Prado es ilustradora y directora de arte valenciana afincada también en Barcelona. Tanto el movimiento como la plasticidad y el color son atributos que definen su estilo. Sus intereses se dirigen hacia lo cotidiano, lo tierno y la exageración. Además de trabajar en publicidad y animación, ha creado un proyecto personal donde retrata por encargo personal animales con sus humanos.

Wences Sanz contó que con ellas han sido ya 55 personas las que, desde que se inaugurara Reset C en Zaragoza en 2011, han pasado por esta sección del Día C. “Por poner algunos ejemplos”,  dijo, “Rebeca Arce, que dio una charla aquí hace 10 años, fue nominada este año en los premios Grammy al mejor diseño de packaging. También pasó en su momento por aquí Rogelio González, de Little Spain, una de las productoras más importantes a nivel nacional”.

“Hemos tenido a fotógrafos, diseñadores, artistas visuales y plásticos, realizadores, ilustradores, músicos, compositores y hasta gente que ni si quiera había comenzado a estudiar en la Universidad. En Reset C y en el c de c queremos dar este espacio a este tipo de profesionales para mostrar su talento oculto o que todavía no ha tenido suficiente repercusión”, añadió como introducción a sus invitadas de este año.

Volver a la esencia

Meritxel Casamira comenzó su intervención explicando que su trabajo consiste en dar forma y sentido a lo abstracto, ya sean valores, emociones o ideas. “Mi herramienta principal para llevarlo a cabo es el diseño, en el más amplio sentido de la palabra. Creo que todas las disciplinas tienen puntos de contacto que debemos utilizar para enriquecer nuestro trabajo”, señaló.

Dijo también que el diseño había sido un agente transformador en su vida. “Por diseño me mudé, viajé para buscar referencias e inspiración y también conocí a muchas personas que han marcado mi camino. También me ayudó a conocerme a mí misma”.  Y añadió. “El diseño no es solo un ejercicio estético. Es también una herramienta que nos permite comprender mejor la experiencia humana”.

Reflexión que le sirvió para lanzar el siguiente mensaje: “En un momento como el actual, donde lo superficial y las tendencias tienen más poder que nunca, en busca de la viralidad, reivindico la idea de volver a la esencia y reconectar con la autenticidad para aportarla a nuestra práctica creativa. Y para ello es necesario cuestionarnos cosas, reflexionar y, sobre todo, parar”.

Dijo que en su trabajo era muy importante hablar en un lenguaje universal. “Un elemento necesario para convertir el diseño y la creatividad en algo accesible e inclusivo”. También crear desde la empatía. “Tener presente qué es lo que al receptor de nuestro trabajo le va a impactar a nivel experiencial”. Y explorar y experimentar sin límites. “Incorporar, como decía al principio, todas las disciplinas y lenguajes a nuestros trabajos”. Sin olvidar, que el diseño y la creatividad permiten también amplificar voces colectivas.

Reflexiones que fue haciendo para explicar el proceso de creación de algunos de sus proyectos, materializados en posters, instalaciones, identidades visuales, trabajos de diseño editorial, prendas de vestir e incluso mosaicos.

Como cierre de su exposición, Meritxel Casamira recordó la importancia de “trascender la estética para transformar, cuestionar y, sobre todo, crear un impacto más positivo”.

Salud, dinero y amor

Alba Prado comenzó su presentación hablando de sus intereses y preferencias a la hora de desarrollar su trabajo. “Me interesa mucho lo expresivo, el color, la ternura, el detalle y, al mismo tiempo, aunque parezca contradictorio, lo sencillo”, afirmó. Durante su exposición, mostró tres proyectos que presentó bajo el título de la famosa canción ‘Tres cosas hay en la vida’:

Dinero: Para ilustrar este concepto habló de ‘Cuidem Barcelona’, una campaña del Ayuntamiento de Barcelona dirigida a promover el reciclaje, mostrando el making off del proceso creativo. “Como creativa estar en procesos gigantes como este es cumplir un sueño. La publicidad es dinero. Y el dinero son recursos y también equipo. Aunque parezca paradójico, al final el dinero son personas de las que puedes aprender mucho”, manifestó.

Salud:  Bajo este epígrafe habló de “ese tipo de proyectos que hay que hacer porque si no la vida publicitaria te saca de quicio”, apostilló. Concretamente, de la portada de un disco que le encargaron a ella y a otra ilustradora, Olga Capdevila. Hicieron la dirección de arte y el videoclip de la canción. “En línea con el disco, que era muy austero y personal, decidimos hacer animación con óleo en stop motion, es decir, fotograma a fotograma. Creamos 8 gifs y la imagen del cielo que era lo que empastaba todo. La idea era que cada gif expresara un momento de la canción”.  Y añadió: “Proyectos como este te ayudan a encontrar el equilibrio entre lo profesional y lo vital”.

Amor: Como representación de este concepto habló de un proyecto personal: ‘Peeeeeeeeets’. “Este proyecto reúne muchas de las cosas que me apasionan, como son los animales, la interacción con las personas y la técnica del retrato. Trabajo a través del encargo privado. Es decir, mis clientes son personas y no marcas. No solo les pido fotos con los animales sino cómo son, cómo es su relación con ellos… Es un proyecto con el que disfruto mucho y que me ha traído grandes alegrías”.