Colaborar, el futuro del trabajo creativo… y de la sociedad.

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Remedios Zafra es ensayista, investigadora y docente. Sus trabajos se orientan al estudio crítico de la cultura contemporánea, el feminismo, la transformación del trabajo creativo y las políticas de la identidad en las redes.

Su ponencia en el Día C 2025 fue todo un ejercicio filosófico sobre la importancia de la colaboración en el trabajo creativo, de saber desviarse para salir de lo estereotipado y de no conformarse solo con disfrutar de lo que se hace sino reclamar un salario justo por ello.

Defendió el valor de escribir no solo para entretener y hacer sentir bien al lector sino también para provocar cierta perturbación e incluso malestar en él. “Porque ese malestar que genera la creatividad es bueno y necesario”, dijo.

Citando a Kafka, Zafra recalcó que las profesiones creativas tienen el privilegio de poder activar los interruptores de la perturbación para que las personas puedan ver el mundo de otras maneras. “Uno de los principales compromisos de la creatividad es la capacidad de perturbarnos, de ayudarnos a pensar por nosotros mismos…”, apuntó al respecto.

Señaló también que en un mundo como el actual, “que no va bien”, seguir hablando de libros que nos hagan sentir bien, no es lo más oportuno. “Sin embargo, hablar de colaboración y de creatividad parece hoy un mandato, más que nunca, necesario. Por eso, colaborar es la mejor idea. Y lo es si pensamos en el futuro del trabajo creativo, pero también en el futuro de la sociedad”, señaló.

La importancia del desvío

Zafra destacó también el papel crucial que en la creatividad representa lo que podríamos llamar el desvío, el ser diferente, romper el bucle. “Desvíos que a veces nacen de diferencias mínimas, que nos ayudan a salir de lo estereotipado y de los compartimentos estancos”. Y añadió: “Ese desvío es un grandísimo valor, en el que el filósofo Adorno proyectaba la idea de la esperanza. Decía también que para crear libremente tenemos que dejar un espacio para la ingenuidad. Y que de ahí puede surgir una especulación sobre el futuro que puede ser interesante”.

Habló también de los cambios que la tecnología está generando en las formas de trabajar, especialmente en el mundo creativo. “Siempre hemos pensado que la tecnología vendría para liberarnos de los trabajos tediosos. Pero estamos viendo justo lo opuesto. Es doloroso ver que allí donde primero están actuando las inteligencias artificiales generativas sea en los trabajos creativos”, apuntó.

Volviendo al tema de la colaboración, esgrimió dos razones para reivindicarla. La primera de ellas, que la pluralidad de miradas mejora lo que hacemos. “La mejor colaboración es la que integra y la que es capaz de poner en conversación las diferencias, abordándolas sin miedo”, afirmó. La segunda razón, según Zafra, tiene que ver con los vínculos que contribuyen a mejorar nuestro trabajo. “Colaborar nos revela vínculos imprescindibles para la mejora social. De un lado, el vínculo ético y comunitario que nos interpela por cómo afecta lo que hacemos a uno mismo y al resto de la sociedad. Y de otro, el vínculo laboral, que en el ámbito creativo se ha descuidado mucho tiempo, pensando que los creadores solo creaban y que eso de la lucha sindical por mejorar las condiciones de trabajo no iba con nosotros”.

Zafra también aludió en su ponencia a cómo ha cambiado la manera de definir el trabajo que desempeñamos.  “Antes las profesiones estaban bastante claras, sin embargo, desde hace una o dos décadas, es difícil aunar en una sola todo lo que hacemos. Los creativos hacemos tareas muy diversas que desdibujan el acotamiento de la práctica creativa…”, afirmó. «Lo que nos une a los distintos trabajos creativos”, continuó diciendo, “es que todos venimos de una misma motivación, de una vocación, de una pasión... Crear implica motivación, pero también libertad. La creatividad es la rareza que se enciende y causa un desvío. Hay que proteger la creatividad de su conversión en ornamento”.

Dignificar la profesión

En este punto, volvió a insistir en la importancia de colaborar, en este caso, para dignificar la profesión: “Colaborar es imprescindible para recordarnos que los trabajos creativos tienen que ser dignos y remunerados. No basta con la visibilidad o el aplauso. Somos entusiastas y queremos que por ello no abusen de nosotros. Queremos que nuestros trabajos sean dignificados, valorados y pagados”.

Dijo también que le parecía muy inquietante que en este mundo mediado por pantallas estemos normalizando la precariedad y la presión en los trabajos. “Es imposible crear sin tiempo para hacerlo. La inercia de la prisa nos lleva a las ideas preconcebidas. La prisa precariza, la prisa estereotipa. Es la colaboración lo que tendemos a sacrificar cuando vamos deprisa”, sentenció.

Y finalizó su intervención con la siguiente reflexión: “El futuro creativo será tecnológico, pero será muy diferente si elegimos fuerzas creativas en lugar de mantener fuerzas de precarización. El futuro empieza girando la cabeza de las pantallas para mirar al que tenemos al lado y reencontrarnos con otras personas. Necesitamos espacios vacíos para jugar y encontrar ese desvío del que hablábamos antes. Comenzar por lo que no queremos es un primer paso para pensar el futuro del trabajo creativo y para colaborar. Porque un buen trabajo siempre comienza con una sociedad mejor”.